En Puerto Rico se requiere para su validez que un contrato de capitulaciones matrimoniales conste en escritura pública otorgada ante Notario. Otro requisito esencial es que las capitulaciones se otorguen antes de la celebración del matrimonio. Mediante el otorgamiento de las capitulaciones matrimoniales los futuros cónyuges pueden optar por un régimen económico matrimonial distinto a la sociedad legal de gananciales impuesto por el Código Civil. Las capitulaciones ofrecen a la pareja la opción de escoger ellos mismos cómo van a administrar sus bienes luego de contraído el matrimonio.
Sin embargo, en la mayoría de los casos las personas deciden otorgar las capitulaciones para establecer un régimen de separación absoluta de bienes, rechazando la aplicación de la sociedad legal de gananciales. Una vez establecido el régimen de separación absoluta todos los bienes presentes y futuros quedarán dentro del patrimonio particular de cada cónyuge. Contrario a lo que ocurre con la sociedad legal de gananciales, todos lo que adquiera un cónyuge, así como todo salario o compensación que devengue, será privativo, o sea, de su exclusiva propiedad. Una ventaja de la separación de bienes consiste en que, precisamente por ser bienes separados, las decisiones de negocio, préstamos y demás obligaciones contraídas por un cónyuge no necesariamente afectan al otro cónyuge que no participó en dicho negocio o transacción. Claro está, esta misma ventaja podría considerarse una desventaja para el otro cónyuge si se obtienen beneficios económicos ya que estos beneficios, en teoría, sólo van a beneficiar al cónyuge que participó en el negocio o transacción. Sin embargo, una pareja que está consciente de estos efectos puede escoger libremente participar en un negocio o transacción junto a su cónyuge estableciendo los parámetros bajo los cuales participan.
Muy bien un cónyuge puede ser dueño de un 70% de una propiedad mientras que el otro es dueño de un 30% basado en lo que aporta cada cual en la transacción. Las parejas que se casan bajo la sociedad legal de gananciales carecen de esta flexibilidad y libertad para participar o no de los negocios y transacciones de su cónyuge. Por obligación ambos será beneficiarios o perjudicados por las decisiones económicas y de administración de cada cual. Otro asunto que se debe tomar en consideración es qué ocurre al momento de la muerte de uno de los cónyuges, ya que antes de entrar en un proceso de partición de herencia hay que dividir primero la sociedad legal de gananciales. En un caso donde uno de los cónyuges ha acumulado una proporción mayor de bienes, podría dejar al viudo(a) en una posición de desventaja ante los herederos.